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Mildred Iriarte

Mi legado: en mi iglesia local


Por mucho tiempo he estado en la iglesia, y por mucho tiempo he servido en distintas áreas o estamentos para Dios y mis hermanos. Sin embargo, muchas veces, en lo que respecta a mi servicio, pocas han sido las instancias que me he preguntado ¿cuál es mi legado en lo que estoy haciendo? Si bien, mi servicio ha sido intencionado, más allá de una posición o lugar, el servicio a nivel de mente y corazón ha sido para Dios y para mis hermanos, y todo debe resumirse en eso.


De una forma u otra, todo lo que hacemos en la iglesia local tiene el potencial de reflejar cómo lo estamos realizando. Sin embargo, más allá de nuestras acciones, es fundamental considerar cuántas personas estamos impactando con lo que hacemos, especialmente en relación con nuestro legado y el ser discípulo.


Es fundamental considerar cuántas personas estamos impactando con lo que hacemos, especialmente en relación con nuestro legado y el ser discípulo.

El concepto de legado se encuentra profundamente arraigado en la idea de ser discípulo de Cristo. Cuando pensamos en el legado de un discípulo dentro de nuestra iglesia local, nos referimos a la huella espiritual, emocional y práctica que deja una vida dedicada a seguir a Jesús y a servir a los demás. Un verdadero discípulo no solo sigue el ejemplo de Cristo, sino que también se convierte en una pieza fundamental en la construcción y el fortalecimiento del cuerpo de la iglesia local.


Cuando pensamos en el legado de un discípulo dentro de nuestra iglesia local, nos referimos a la huella espiritual, emocional y práctica que deja una vida dedicada a seguir a Jesús y a servir a los demás.

Creo firmemente, que Dios constantemente está tabajando en mi vida y en tu vida, por lo que, el legado de un discípulo comienza con su vida personal. No es fácil, porque como ya es conocido, somos seres humanos imperfectos, que necesitamos ser animados, confrontados y transformados todos los días.


Una de las marcas fundamentales de un discípulo de Cristo es reflejar Su carácter. Pero ¿cómo se evidencia esto? A través de la humildad, el amor, la paciencia y la imitación de Cristo en la vida diaria. No es una tarea sencilla, así que relaja tus brazos como símbolo de descanso, porque todos estamos en el mismo proceso. Ser discípulos de Cristo es un desafío constante, lo que hace que la vida de un discípulo no sea aburrida, sino que nos motiva a mejorar constantemente. Primero, porque amamos a Dios, y segundo, porque debemos amar a nuestros hermanos.


Este legado no solo impacta a la iglesia en el presente, sino que se extiende a las generaciones futuras, fortaleciendo la fe y el crecimiento espiritual de aquellos que siguen sus pasos.

En una iglesia local, existen servicios que son visibles, otros menos notorios y algunos que son más silenciosos. Sin embargo, esto no implica que sean menos importantes. Me refiero a estos últimos, que no se miden necesariamente por grandes logros o posiciones visibles, sino por la fidelidad diaria en seguir a Cristo y servir a los demás. A través de tu carácter, tu disposición para formar a otros, tu servicio constante, tu vida de oración y tu promoción de la unidad, un discípulo deja una huella permanente en su congregación. Este legado no solo impacta a la iglesia en el presente, sino que se extiende a las generaciones futuras, fortaleciendo la fe y el crecimiento espiritual de aquellos que siguen sus pasos.

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