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Soledad Serrano

Discípulos que oran

Uno de los mejores hábitos espirituales de un discípulo de Cristo


En estos tiempos, donde todos estamos preocupados y acelerados por nuestras rutinas diarias, generalmente, al despertar luego que suena la alarma, pensamos que sólo nos espera nuestro trabajo, los niños, el colegio, la universidad, las mascotas, pero no es así, alguien más nos espera.


La mayoría nos levantamos con todo ya planeado, ya sabemos todo lo que debemos hacer, incluso en que horarios lo haremos; y está bien, algunas personas como yo, necesitamos tener más o menos planeado el día, pero ¿hemos dejado un tiempo suficiente para empezar nuestro día poniendo todo en mano de Dios, nuestro Señor?


Durante a lo largo de la historia, podemos ver que la oración, de alguna u otra manera, ha sido una práctica espiritual en diferentes culturas y religiones, aunque la forma y creencia pueden variar, la oración es importante para tener un diálogo entre Dios y su pueblo.


La Biblia nos enseña que Jesús comenzaba su día orando, y lo hacía día a día. “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue aun lugar solitario donde se puso a orar” (Marcos 1:35: Nueva Versión Internacional). De ésta misma manera debemos hacerlo nosotros. Pero, ¿Por qué hacerlo?


La Biblia nos enseña que Jesús comenzaba su día orando, y lo hacía día a día

La oración es la forma en la que nos comunicamos con Dios. Cuando oramos nos acercamos a Él, abrimos nuestro corazón ante nuestro Padre y le contamos como nos sentimos, es allí donde tenemos una conexión íntima con Dios, es el lugar y el momento perfecto para sentir su presencia y renovar nuestra fe.


La oración nos brinda consuelo en tiempos difíciles, nos da la fortaleza para seguir adelante y a través de la cual, nos sentimos apoyados y consolados por nuestro Padre.

Al hacer de la oración matutina un hábito en nuestra vida diaria, hacemos también que todo se vuelva de alguna manera, más llevadero. Logramos reducir el estrés y la ansiedad, porque ésta nos ayuda de una manera sobrenatural a enfrentar nuestro día con todas las dificultades que se nos presenten. Nos ayuda a entender que pase lo que pase, todo está bajo el control de nuestro Padre.


La oración de la mañana es una buena forma de agradecer a Dios y tomarnos de su mano para recorrer todo el día juntos, confiados en que estaremos protegidos y bajo su perfecta voluntad.

El rey David escribió en uno de los Salmos, la importancia de comenzar el día con una oración y dejar todo en manos de Dios y esperar su respuesta. “Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos y quedo a la espera de tu respuesta” (Salmos 5:3: NVI).


La oración de la mañana es una buena forma de agradecer a Dios y tomarnos de su mano para recorrer todo el día juntos

Debemos tomar el ejemplo de Jesús y David, para así mismo, comenzar nuestro día dando gracias a Dios y dejando todas nuestras cargas y preocupaciones en sus manos. Debemos dejar un tiempo suficiente para poder hacer una oración eficaz, no a la rápida, sino una oración genuina en donde pasemos un tiempo de calidad con nuestro Padre.


¿Qué harás desde hoy? ¿Empezarás poniendo tu vida en manos de Dios desde el amanecer?

¿serás un discípulo que comenzará su día orando a su Maestro y Señor? Te invito a que tomes este desafío y me cuentes tu experiencia.

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